miércoles, 18 de agosto de 2010

Olgas en el mundo de las mil Maravillas

Hoy vi una película en el cine"Alicia en el país de las Maravillas" y me acordé de una mujer que se llamaba Olga, que tenía un oficio: vender seguros de Isapres. Me acordé de ella, no con desprecio si no con algo de pena ya que la relacioné, automáticamente, con los entes que gobiernan a nuestro país.

Me he tomado un tiempo para opinar, para expresar mi descontento con esta clase política gobernante. Con esta clase gobernante miope, sorda, lesa, que lucha día a día por hacer desaparecer de la faz de la tierra toda idea que tenga algo de progresista, que tenga algo de espíritu ciudadano, que tenga algo de ideas democráticas. No me equivoque cuando le di la bienvenida a la tele política; no me equivoqué cuando dije que la Concertación le entregó el poder en bandeja a los latifundistas, a los expertos, a los rubios con apellidos raros, a los gerentes, a los mandantes. Se los entregó, se los regaló después de 20 años; de la noche a la mañana todos aquellos que pensamos distinto nos transformamos en terroristas, en antipatriotas, en viles seres que “criticamos todo”. Obviamente que la ironía no es tan indirecta, es más bien directa, y es al mismo tiempo honesta. Los peores fantasmas ya a están aquí y tenemos que levantarnos contra ellos, refugiarnos en ideas concretas, en solidarizar con la democracia, con esa tan efímera, con esa idea tan lejana.

Sonrisas más, sonrisas menos, todos estamos nadando en un barril con agua de desmineralizada, todos somos parte del show, pagamos el espectáculo para ver programas de televisión de libre acceso como “Buenos días a todos”, “el mucho gusto” y “noticias a la hora de la tarde”; las teleseries que emulan algo de la historia de Chile. Pagamos para observar las sonrisas de la niñas estupendas hablando de cómo les quedó corte de pelo en la última visita al peluquero. Claro, es el Chile que nos vendieron o, mejor dicho, que les vendieron; es el Chile aspiracional, en donde el “jefe” le da órdenes simples y, como lacayo servil, obedece; La señora Olga, la que vende seguros de Isapres, que con suerte ha leído a Borges o a Sábato, estará feliz con las historias que le cuenta el gerente sobre su vida linda en la zona lacustre de la décima región.

Obviamente que Olga, la vendedora de seguros, alguna vez pensará en cómo va a alimentar a sus niños cuando ésta se vuelva vieja y se dé cuenta de que la protección social se le acabó. Gritará a los cuatro vientos y pedirá a auxilio, socorro sáquenme de aquí. Seguramente una ahora se está alisando el pelo y está hablando de lo comunista que soy al decirle en su cara que gracias al voto de ella se nos vinieron encima los matones de siempre, aquellos que creíamos dormían tranquilamente en su casa; El discurso del terrorismo tan bien explicado y tan bien dicho por el ministro del interior ha calado fondo en ella. Seguirá mirando el paquete de televisión light a $ 12990 que paga sagradamente los fines de mes.

Vamos Olga, despierta antes de que se sea tarde, despierta antes de que los fantasmas que ves día a día en tu televisión de alta definición se hagan realidad y liquiden lo poco que queda en tu casa. Despierta antes de que se haga más tarde y simplemente tengas que pedir auxilio y sea lo último que hagas en el mundo de las Mil maravillas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario